PARTICIPACIÓN, COOPERACIÓN Y
COLABORACIÓN INTERNACIONAL EN LA LUCHA ANTIDROGAS BENEFICA O CUESTIONABLE
Es evidente e innegable que siendo el narcotráfico y sus
delitos conexos delitos de orden transnacional que involucra como parte de las
rutas de transito y transporte varios países de la región nos obliga a
coordinar esfuerzos conjuntos para obtener resultados acorde a las necesidades
de cada nación.
Hay que ser realistas y entender que si bien es un mal que
nos afecta a todos la problemática que causa y los medios de operar de las
bandas criminales varían de Estado a Estado, este desconocimiento es una de las
causas de que la política regional en el combate del narcotráfico fracase
porque no entendemos que el esfuerzo si bien debe ser regional los objetivos de
esos esfuerzos deben ser orientados a la problemática individual de cada
nación, es así que cada país hace su parte en la cadena de cooperación y colaboración
no se trata de hacer el trabajo por los demás o de inmiscuirse en la
problemática de otro estado.
La ayuda internacional en el área especifica del combate
al tráfico de drogas y sus delitos conexos esta orientada a disminuir el flujo
de la misma hacia los países consumidores por que obedece a políticas y
directrices emanadas por los países que buscan esta disminución para reducir
sus propios problemas internos, que es precisamente lo que los países que nos
encontramos en la ruta de este trafico no hemos entendido o no hemos querido
entender.
Al aplicar la estrategia internacional de reducción en el
flujo de drogas hacia los países del norte lo que único que estamos haciendo es
incrementando la disponibilidad y volumen de drogas disponibles en los mercados
locales de nuestros países incrementando la violencia y generando nuevos
mercados locales para la descomposición de la sociedad mediante la distribución
interna de drogas.
Esa estrategia no nos beneficia como país de transito por
que mientras no existan disminuciones drásticas en la producción y elaboración
siempre existirá ese flujo de drogas hacia los mercados de consumo, recordemos
que la demanda de drogas lejos de disminuir esta en incremento en los países
considerados como altos consumidores.
La colaboración internación en la materia es bienvenida y hay
que aceptarla pero seamos inteligentes en saber administrarla, debemos
priorizar su utilización para asuntos que coadyuvaran a solventar nuestros
problemas internos y no simplemente dirimirla en actos o acciones que no ayudan
o benefician de forma directa al país.
Debemos invertir esa poca ayuda que nos brindan en materia
de combate al trafico de drogas y sus delitos conexos en el presente y futuro
como ser: capacitación de los operadores de justicia, compra de equipo
logístico de difícil adquisición, en adiestrar técnicos en desarrollo de
tecnología para fabricar nuestros propios recursos y no depender tanto de la
colaboración internacional para asuntos como mantenimiento de aeronaves, compra
de partes y repuestos, mano de obra y adquisición de equipos de monitoreo,
vigilancia y rastreo de naves y aeronaves.
Muchos programas que se iniciaron por la ayuda
internacional dejaron de funcionar cuando los fondos fueron retirados
precisamente por que el Estado no tuvo ni la visión ni la capacidad humana,
logística y financiera para mantenerlos.
Debido a que hemos sido de mente a corto y mediano plazo nunca nos preparamos para el futuro
abandonando los programas que al día de hoy nos podrían tener en mejores circunstancias.
Teniendo
claras nuestras debilidades y fortalezas ayudara a identificar en donde se
requiere de la asistencia internacional y no debemos permitir la injerencia y
puesta en practica de convenios y acuerdos que lejos de beneficiarnos como país
nos obliga ha ceder concesiones de soberanía y violenta la independencia de la
República, lo cual es un delito grave a la Constitución y sus leyes.