viernes, 5 de octubre de 2012

PARTICIPACIÓN, COOPERACIÓN Y COLABORACIÓN INTERNACIONAL EN LA LUCHA ANTIDROGAS BENEFICA O CUESTIONABLE
 
Es evidente e innegable que siendo el narcotráfico y sus delitos conexos delitos de orden transnacional que involucra como parte de las rutas de transito y transporte varios países de la región nos obliga a coordinar esfuerzos conjuntos para obtener resultados acorde a las necesidades de cada nación.
 
Hay que ser realistas y entender que si bien es un mal que nos afecta a todos la problemática que causa y los medios de operar de las bandas criminales varían de Estado a Estado, este desconocimiento es una de las causas de que la política regional en el combate del narcotráfico fracase porque no entendemos que el esfuerzo si bien debe ser regional los objetivos de esos esfuerzos deben ser orientados a la problemática individual de cada nación, es así que cada país hace su parte en la cadena de cooperación y colaboración no se trata de hacer el trabajo por los demás o de inmiscuirse en la problemática de otro estado.
 
La ayuda internacional en el área especifica del combate al tráfico de drogas y sus delitos conexos esta orientada a disminuir el flujo de la misma hacia los países consumidores por que obedece a políticas y directrices emanadas por los países que buscan esta disminución para reducir sus propios problemas internos, que es precisamente lo que los países que nos encontramos en la ruta de este trafico no hemos entendido o no hemos querido entender.
 
Al aplicar la estrategia internacional de reducción en el flujo de drogas hacia los países del norte lo que único que estamos haciendo es incrementando la disponibilidad y volumen de drogas disponibles en los mercados locales de nuestros países incrementando la violencia y generando nuevos mercados locales para la descomposición de la sociedad mediante la distribución interna de drogas. 

Esa estrategia no nos beneficia como país de transito por que mientras no existan disminuciones drásticas en la producción y elaboración siempre existirá ese flujo de drogas hacia los mercados de consumo, recordemos que la demanda de drogas lejos de disminuir esta en incremento en los países considerados como altos consumidores.
 
La colaboración internación en la materia es bienvenida y hay que aceptarla pero seamos inteligentes en saber administrarla, debemos priorizar su utilización para asuntos que coadyuvaran a solventar nuestros problemas internos y no simplemente dirimirla en actos o acciones que no ayudan o benefician de forma directa al país.

Debemos invertir esa poca ayuda que nos brindan en materia de combate al trafico de drogas y sus delitos conexos en el presente y futuro como ser: capacitación de los operadores de justicia, compra de equipo logístico de difícil adquisición, en adiestrar técnicos en desarrollo de tecnología para fabricar nuestros propios recursos y no depender tanto de la colaboración internacional para asuntos como mantenimiento de aeronaves, compra de partes y repuestos, mano de obra y adquisición de equipos de monitoreo, vigilancia y rastreo de naves y aeronaves.

Muchos programas que se iniciaron por la ayuda internacional dejaron de funcionar cuando los fondos fueron retirados precisamente por que el Estado no tuvo ni la visión ni la capacidad humana, logística y financiera para mantenerlos.  Debido a que hemos sido de mente a corto y mediano plazo  nunca nos preparamos para el futuro abandonando los programas que al día de hoy nos podrían tener en mejores circunstancias.
 
Teniendo claras nuestras debilidades y fortalezas ayudara a identificar en donde se requiere de la asistencia internacional y no debemos permitir la injerencia y puesta en practica de convenios y acuerdos que lejos de beneficiarnos como país nos obliga ha ceder concesiones de soberanía y violenta la independencia de la República, lo cual es un delito grave a la Constitución y sus leyes.